Ya hicimos La Iniciación y La Lupa. En el primero, el juego, algo que seguiremos profundizando siempre, transformando, haciendo carne, moneda de intercambio, bien propio y del mundo. Luego vino La Lupa con todas su premisas de ampliar, acentuar, expandir, mirotear, resaltar, rebalsar, abrazar, cruzar y más. Esas palabras que a veces suenan a vacío, a eco, a silencio. Descubrir qué traje llevamos en este viaje, cómo vestimos a este ser que está apareciendo. Cómo encontrarnos con otros, todavía transitando el caos, todavía dejando todo el espacio para que otro lo llene o llenándolo entre todos al mismo tiempo, encimándonos, desescuchándonos.
Y ahí volver a preguntarnos...puedo esperarme? Puedo darme tiempo? Puedo dejar que naturalmente todo mi afán de control se desarme y pueda aparecer el juego? Puedo hacerme el espacio para viajar tranquilo, asumiendo que me va supuestamente "bien o mal" y que eso depende de lo que haga con ello?
AHHHHHHHHHH! Sí, ya sé! Nada es más tangible que la experiencia! Nada es más compartible que la vivencia misma.
Por eso los Provoco a continuar el viaje, a transitar un mar más largo, un Océano calmo y salvaje.
Aquí algo en fotos!
Y ahí volver a preguntarnos...puedo esperarme? Puedo darme tiempo? Puedo dejar que naturalmente todo mi afán de control se desarme y pueda aparecer el juego? Puedo hacerme el espacio para viajar tranquilo, asumiendo que me va supuestamente "bien o mal" y que eso depende de lo que haga con ello?
AHHHHHHHHHH! Sí, ya sé! Nada es más tangible que la experiencia! Nada es más compartible que la vivencia misma.
Por eso los Provoco a continuar el viaje, a transitar un mar más largo, un Océano calmo y salvaje.
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